El viernes, hace una semana, tres hombres árabe-israelíes armados llevaron a cabo un ataque terrorista en la Ciudad Vieja de Jerusalén, matando a dos policías drusos de Israel. El hecho de que esos terroristas dispararon desde dentro del complejo del Monte del Templo, hace que este ataque terrorista sea diferente de otros que han ocurrido en la Ciudad Vieja en los últimos meses.
¿Cómo es que en tan pocos días el foco de la cobertura de los medios ya no está en el ataque terrorista en sí o en la incógnita de cómo pudieron llevar las armas a la zona del Monte del Templo? En cambio, Israel está de nuevo recibiendo acusaciones de que está tratando de cambiar el delicado status quo en el Monte del Templo a expensas de los musulmanes devotos.
Participar en una gira de campo para periodistas me dio la oportunidad de ver de primera mano algunos de los problemas que se están desarrollando en pleno resplandor de los medios de comunicación. Un informe de un portavoz de la policía de Israel dio una perspectiva sobre las preocupaciones de seguridad israelíes. La seguridad israelí ha estado presente en las entradas al Monte del Templo como parte del status quo que coloca la seguridad para el recinto en manos de Israel, mientras que el propio Monte del Templo está en custodia de la monarquía jordana hashemita y administrado por el Waqf islámico.
Las imágenes de vídeo del ataque terrorista demuestran claramente que los oficiales de la policía israelí estaban de espaldas al Monte del Templo. Para Israel, siempre entendía que cualquier potencial amenaza provendría del exterior. Los oficiales de la policía israelí protegían la entrada al Monte del Templo de cualquier atacante que pudiera haber deseado entrar al recinto. Esta suposición fue destruida con una ráfaga de balas.
El portavoz declaró que tras las investigaciones policiales del ataque terrorista, algunas de las puertas del Monte del Templo habían sido reabiertas tras la instalación de detectores de metales.

Según el portavoz, cientos de musulmanes devotos habían pasado por los detectores de metal a pesar del incitamiento de los líderes palestinos para “boicotear” el Monte del Templo en protesta por su instalación. Como se ha señalado, muchos lugares sagrados alrededor del mundo, incluyendo el Vaticano y La Meca están sujetos a controles de seguridad, que son una triste necesidad en el mundo de hoy. Los judíos y los turistas que desean visitar el cercano Muro Occidental han tenido que pasar a través de detectores de metal y controles de seguridad durante muchos años, sin quejarse. Según las autoridades israelíes, estos nuevos detectores de metal permanecerán en su sitio durante el tiempo que sea necesario.
Pero la seguridad es lo último en la mente de los palestinos responsables de la oración musulmana en el Monte del Templo. Esto se hizo evidente en las declaraciones de los funcionarios del Waqf que vinieron a hablar con los periodistas.
Lo que escuché fue una lección de cómo los portavoces palestinos son capaces de apelar a los medios de comunicación.
Apenas reconocieron el ataque terrorista que había llevado a la situación actual. En lugar de eso, a los periodistas se les dijo que Israel intentaba cambiar el status quo y que la libertad de culto de los musulmanes estaba bajo grave amenaza. No había manera de que las autoridades Waqf fueran a reconocerlo. La seguridad era problema de los israelíes y no de ellos.
Pero si los periodistas estaban empezando a digerir esta postura inflexible, los funcionarios del Waqf empezaron a decirles sobre cómo los judíos eran sus hermanos, con comentarios sobre la paz y la no violencia. Lo que había sido una respuesta dura a los acontecimientos recientes, de repente se convirtió en un intento patético de kumbaya. ¿Se lo creyeron los periodistas? Imposible decirlo, pero la impresión fue la de la moderación y la victimización palestinas.
A las 12.45 p.m., se aproximaba la hora de oración de la tarde. Nos dirigimos a la Puerta del León, una de las entradas principales a la Ciudad Vieja y el Monte del Templo. Alrededor de doscientos palestinos se reunieron fuera de la puerta, vigilados por un contingente de la policía fronteriza israelí.
Era un circo mediático. Cincuenta periodistas y equipos de cámaras preparados para que empiece. Hay una relación simbiótica entre los palestinos y los medios de comunicación. Donde hay problemas, en muchos casos, es la presencia de los medios de comunicación que hace más grandes las llamas. Los periodistas necesitan una historia convincente, los fotógrafos quieren imágenes dramáticas y los palestinos sólo están dispuestos a suministrarlos a cambio de la publicidad que genera por su causa.

Ciertamente, ese fue el caso hoy. Frente a los medios reunidos, los palestinos cantaron en oración y se agacharon en la calle, en vez de pasar a través de detectores de metal para entrar en el Monte del Templo. Una situación tensa se inflamó aún más cuando las oraciones se convirtieron en protestas. Cantos agresivos de “En espíritu y sangre, vamos a defender la mezquita al-Aqsa”, así como “Khaybar, Khaybar, Ya Yahud! Jaish Muhammad Sawfa Ya’ud”, refiriéndose a la masacre de los judíos en Arabia a manos de Mahoma.
Este canto es visto como un llamado antisemita para derramar sangre judía. Los periodistas no solicitan una traducción, ni se molestan en informar sobre esto.
Había un ambiente combustible entre la incitación de los cantos, la presencia de reforzadas fuerzas de seguridad israelíes y el intenso calor de un verano israelí. Y, por supuesto, los medios de comunicación. Sólo un minuto después de alejarme de la escena, dos golpes fuertes perforaron el aire. Miré hacia atrás para ver el humo flotando más allá de los arcos de la Puerta del León. La policía israelí había utilizado evidentemente granadas de aturdimiento para dispersar a la muchedumbre. Que haya habido una multitud de periodistas en el centro de la acción no era positivo para la policía israelí y demuestra lo fácil que es informar sobre una situación que ocurre en un instante, sin dar el contexto que había estado construyéndose desde hace mucho más tiempo . Una vez más, ¿será que los periodistas presentarán un informe sobre la incitación contra los judíos y el bloqueo de la zona de la Puerta del León por los manifestantes?
En vez de eso, la mayoría de los medios seguro obtuvieron lo que probablemente buscaban: imágenes de las fuerzas de seguridad israelíes participando en acciones aparentemente agresivas contra los palestinos, creando publicidad negativa para la imagen de Israel y alimentándose de la narrativa predominante de víctimas palestinas.

A lo largo de este “acto”, las autoridades israelíes no impidieron el acceso de los palestinos al Monte del Templo para orar. ¿Es demasiado pedir que los devotas se sometan a un rápido control de seguridad como los judíos en el Muro Occidental o los visitantes de otros lugares sagrados? Israel ha hecho muy claro que no tiene la intención de cambiar el status quo que rige el Monte del Templo.
Sin embargo, los titulares serán sin duda de tensiones y enfrentamientos supuestamente causados por provocaciones israelíes en un sitio musulmán sagrado. Que el status quo cambió en el momento en que los terroristas abrieron fuego y profanaron el sitio más sagrado del Judaísmo como también es sagrado para los musulmanes, todo esto será olvidado. En cambio, la intransigencia palestina y las provocaciones suministrarán a los medios la historia que realmente quieren.
Pero no es la historia real.